01 noviembre 2007

Jimmy Zalles

Las malas noticias vuelan. Xavier Albó me ha confirmado que nuestro amigo Jimmy Zalles ya no está entre nosotros. Inmediatamente empieza a trabajar la memoria y se agolpan los recuerdos: Jimmy sacando a los guerrilleros de Teoponte, Jimmy párroco en Tiwanaku, Jimmy activista de derechos humanos, Jimmy en el asilo de la Embajada de México; Jimmy vendiendo libros puerta a puerta en el exilio; Jimmy especialista en medicina tradicional… Y sobre todo lo anterior, Jimmy bueno hasta la médula, honesto, íntegro, generoso; un hombre cuya vida estuvo dedicada a los demás.

Cuando Jimmy Zalles hizo la opción de salirse de cura para formar una familia, no abandonó de ningún modo los ideales cristianos de solidaridad y amor al prójimo que lo animaron precisamente a hacerse cura.

Recuerdo una anécdota, entre las muchas. Cuando estábamos asilados en la Embajada de México en La Paz, luego del golpe de García Meza, me enseñó a doblar billetes de una manera que quedaban reducidos a un pequeño y compacto rectángulo, que podía esconderse fácilmente en la ropa. Yo escondí seis billetes de 100 US$ en la costura de mi pantalón la noche que decidí abandonar el asilo mexicano y escapar por la frontera hacia el Perú, a principios de octubre de 1980.

Jimmy era uno de los mayores expertos bolivianos en medicina tradicional. Escribió libros y folletos, mantuvo un consultorio en San Francisco (en La Paz), y fabricó medicinas caseras a base de plantas medicinales (en una ocasión me recetó una pomada de caléndula). Conocía perfectamente las propiedades de todas ellas, como el más ducho kallawaya.

A ratos, me parece que exageraba en su opción por la medicina natural, y en su rechazo por la medicina occidental. Quizás lo tendríamos todavía entre nosotros si hubiese equilibrado ambas con más flexibilidad.

Murió a los 71 años y dejó memorias y afectos regados en muchos amigos que lo quisimos. Su muerte fue repentina, a las 5 de la mañana, y no se la esperaba ni él ni nadie. Hace pocas semanas todavía intercambiamos algún email.

Aquí le rindo un pequeño tributo personal, y me valgo para ello de una caricatura que le hizo Ricardo Pérez Alcalá en México, y que Jimmy nunca llegó a ver.