29 julio 2011

Madres con ruedas

Cuando mi amigo el cineasta rosarino Mario Piazza decidió hacer la película Madres con ruedas (2007), co-dirigida por su compañera Mónica Chirife, no estaba más que haciendo público un proyecto de vida que tenía en cantera muchos años, como lo prueban las filmaciones en formato Super 8 que se incluyeron en el montaje. Ya en A bordo de un carrito (1981) Mario comenzó este proyecto de largo aliento. Madres con ruedas (ver el trailer en YouTube) es un emotivo testimonio de ambos hacia la sociedad y para la propia memoria de la pareja. 

El film de 70 minutos, narrado en primera persona, comienza explicando cómo Mario llegó a la película, cuyo personaje central, quien conduce con personalidad y aplomo el documental, es Mónica Chirife , “una rosa con las espinas hacia adentro”, hermosa metáfora para significar la poliomielítis que aquejó a Mónica desde que tenía seis años de edad y que la mantuvo en una silla de ruedas –pero no inmóvil- todo el tiempo.

Qué poco sabemos de la lucha por la vida de quienes padecen una enfermedad como la de Mónica.  El film muestra bien los trabajos de la vida cotidiana, pero además las situaciones dramáticas que se construyen en torno a la voluntad de ser madre, madre con ruedas. Mónica se embaraza tres veces, y sufre dos frustraciones dolorosas antes de dar a luz, el 26 de enero de 1990, a María Victoria.

“Todas las madres tienen problemas, los míos quizás sean diferentes, pero no me impidieron disfrutar y criar a mi hija. Pero todo con muchas ganas. Una madre con ruedas es igual a una sin ruedas, a pesar de que, en su caso, necesita de toda la ayuda de su familia para desenvolverse como tal”, decía Mónica en una entrevista con Mario Zalazar.

Y añadía: “Tenemos miedos o preocupaciones  como todas las madres. La nuestra es una maternidad con más dificultades porque hay muchas cosas que no podemos hacer, pero todas las madres tienen problemas. Nosotras lo compensamos, hacemos lo mismo de otro modo. El amor y nuestro instinto de madre es universal”. 

La experiencia de Mónica no es única. Otras madres con ruedas cuentan su historia, siempre difícil y siempre llena de ilusión.  Uno admira la fortaleza y la voluntad de esas mujeres (Noemí, Eleonora, María Angélica, Mónica B, Viviana…) para quienes su condición de madres no es sino uno obstáculo más en la vida, desde ya llena de obstáculos, porque en su mayoría son madres solteras, que no tienen el apoyo de una pareja estable.  

Madres con ruedas, que recibió un apoyo de la UNESCO, es un buen ejemplo de trabajo continuo y constante sobre el tema de la discapacidad, desde la perspectiva de las propias mujeres que la viven en su vida cotidiana. Además de su importancia en la sensibilización de la opinión pública sobre el tema de la discapacidad, esta obra es un paradigma de cine-video comunitario y de comunicación participativa, donde el proceso mismo de producción sirve a una comunidad (en este caso de mujeres discapacitadas) para reflexionar sobre su condición y fortalecerse como colectivo con intereses comunes.

Este 27 de Julio, Mónica Chirife iba a cumplir 61 años, aunque al verla con su cara de niña no lo pareciera. Murió el 9 de julio en su ciudad, Rosario, acompañada por Mario Piazza, su compañero, cineasta, amigo mío desde hace más de tres décadas.

Debí haber comentado oportunamente Madres con ruedas y no lo hice porque ya se sabe lo rápido que pasa el tiempo últimamente.

25 julio 2011

Más allá de la información

La Universidad Científica del Sur (UCSUR), en Lima, es relativamente joven pero fornida. En apenas 12 años de existencia cuenta con 17 carreras; lo cual, como en un adolescente, implica problemas de crecimiento, según me explicó su Rector, el Dr. Agustín Iza Stoll: “es difícil estar al día con esta expansión”.

El campus de UCSUR al sur de la ciudad de Lima, con cerca de 50,000 m2, ubicado en la zona ecológica de los Pantanos de Villa, florece a un ritmo acelerado gracias a técnicas de construcción que permiten armar en pocas semanas nuevos edificios con muros de tabla roca.

Allí estuve el último día del pasado mes de junio, invitado por Jenny Canales, Directora de la Carrera de Comunicación y Publicidad, y Cristina Miranda, profesora, para ofrecer una de las dos conferencias magistrales del Seminario Internacional “Comunicación para el desarrollo sostenible: experiencias y análisis”.  

Mi conferencia, titulada “Más allá de la información - Reflexiones críticas sobre comunicación información y desarrollo sostenible”, argumentó a favor de un pensamiento estratégico de comunicación para el desarrollo sostenible, en lugar de la conocida difusión de informaciones que no hace de los sujetos transformadores de su propia realidad. Insistí sobre uno de mis temas de batalla: informar no es comunicar, apoyándome en Dominique Wolton, Antonio Pasquali, Eduardo Vizer e incluso en mismísimo y mal leído Wilbur Schramm. A la fascinación tecnológica por los “TICs nerviosos” opuse el concepto de “cibercultura” de Jorge González, y a la fiebre de las campañas de mercadeo social, opuse la noción de una “cadena caliente” de la comunicación.  


Aprovechamos esta ocasión para presentar muy brevemente el libro que coordiné con Karina Herrera-Miller,  Políticas y Legislación para la radio local en América Latina, uno de los resultados tangibles del seminario sobre el mismo tema que organizamos hace un par de años junto a otros colegas bolivianos.  

Marco Encalada
La otra conferencia magistral estuvo a cargo de Marco Encalada, llegado de Ecuador para abordar el tema “Experiencias regionales en Comunicación para el Cambio Climático”. Marco abordó las formas de optimizar las estrategias de comunicación sobre cambio climático y destacó el valor de la planificación y el conocimiento de las audiencias en toda estrategia comunicativa exitosa. Lo acompañaron como panelistas Jorge Rochabrunt de Ciudad Saludable, Kjeld Nielsen de World Wildlife Found (WWF), Leopoldo Macera del Programa de Adaptación al Cambio Climático (PACC), Luis Eduardo Cisneros de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental, y como moderadora Cristina Miranda. Luego de describir algunos ejemplos de campañas de información, los expositores señalaron que enfrentar el cambio climático implica cambios de comportamiento que “no están asegurados sólo con el bombardeo informativo”.

Roeder, Rivadeneyra, Gumucio, Arzubiaga y Salazar
Mi mesa fue moderada por Estela Roeder (en parte responsable de la invitación que me hizo UCSUR), y en ella participaron Sandra Arzubiaga del Banco Mundial, Fredy Salazar de FAO, y Carlos Rivadeneyra de Onda Rural, quienes se refirieron al papel del Estado, la falta de políticas y el rol que deben cumplir las instituciones educativas.
  
Los textos completos de las conferencias se publicarán en algún momento ya sea en la página web de la Universidad Científica del Sur, o en un blog de la Carrera de Comunicación y Publicidad. A pesar de la facilidad de acceder a esas tecnologías, a veces se deja que estos eventos se “enfríen”, en lugar de poner inmediatamente en manos de los potenciales usuarios el conocimiento generado.  

En UCSUR se combinan carreras científicas y carreras de ciencias sociales y artes. Son estas últimas las que más me interesan. 

Percy Encinas Carranza, Director del Centro Cultural de UCSUR y del Festival UCSUR de Teatro Internacional, dirige también la revista Cultura Sur, cuyo primer número salió a principios del 2010, sin que se conozcan otras ediciones más recientes (al menos no hay información en internet). ¿Parte de los problemas de crecimiento? 

En cualquier caso, el primer número trae buenos artículos, como el de "Chicho" Durant sobre los mitos en torno a la piratería y los derechos intelectuales (parte de su libro sobre el mismo tema), y varios textos sobre políticas culturales. 

18 julio 2011

Nicole

Era una mujer linda, siempre lo fue. Y en todo sentido, es decir “por fuera y por dentro” (como ella misma dijera de María Luisa Passarge, la editora mexicana de “Claudicación Intermitente”). No en vano Jorge Enrique Adoum, el gran poeta ecuatoriano, se enamoró de Nicole Rouan y fue feliz con ella hasta que “Jorgenrique” –como quiso ser llamado con toque poético- murió en la madrugada del viernes 3 de julio del 2009. Ahora le ha tocado a Nicole irse, cerca de la media noche del miércoles 13 de julio, sin enfermedad crónica anunciada, fulminada nada más por el corazón traicionero. Una salida de escena brutal para ella, que era una actriz dulce.

Recibí la noticia de Alejandra Adoum, en una sola línea como un golpe de mazo sobre el pecho, y solo (con y sin acento) retengo la violencia de las dos primeras palabras: “Nicole murió…” Y entonces empiezan a circular como los caballos de una calesita con luces las imágenes de Nicole y lo poco que sé de ella. Con ayuda de Alejandra reconstruyo…

El “Turco” –como los más próximos llamaban cariñosamente a Jorgenrique- la conoció en Ginebra en 1970, durante el montaje de El sol bajo las patas de los caballos, primera obra de teatro de Adoum, montada por François Rochaix, donde Nicole hacía el papel de la Princesa Pacha. Fue un inmediato coup de foudre: en 1973 Nicole se fue a vivir con él a París, hasta 1987 cuando se instalaron en Ecuador. Según Nicole, vivieron desde entonces un ménage a trois, un trío donde la literatura era la amante de Jorgenrique Adoum y Nicole no solamente tenía que soportarla, sino también quererla.

Además de compañera de vida, Nicole fue traductora de su poesía al francés y editora de varios de sus libros, en las magníficas ediciones de Archipiélago. La editorial nació casi por fuerza del destino (según contaba Nicole el pasado 6 de abril en una entrevista con Juana Neira, en el programa “Sueños de papel”) para publicar la edición ecuatoriana de De cerca y de memoria de Jorgenrique que se había publicado en Cuba. Archipiélago publicó 13 libros, cada uno una obra de arte, entre ellos una edición de la poesía completa de Adoum, que no tiene nada de envidiar a las ediciones de La Pléyade. Nicole tardaba un año en producir cada libro. “Publicar poesía es un suicidio económico”, decía, “la gente espera que se le regale la poesía”.  

Nunca dejó de ser una princesa para Jorgenrique. Me cuenta Alejandra que ambos “llenaban su vida cotidiana con rituales hermosísimos”. Nicole viajó sola a Suiza en 2009 y a su regreso, el 20 de mayo, se habían dado cita para tomar el aperitivo a la una de la tarde en la sala, pese a que ella llegaba temprano en la mañana. “El turco” la esperó con este email: “Bienvenida a tu casa y a mis brazos. Te esperé tanto tiempo, como si yo hubiera tenido prisa por nacer para esperar que tú nacieras, sin prisa alguna. En la historia de mi país, no tuvimos destino sino esfuerzo, pero contigo sí fue el destino pese al leve acoso, y lo fue también con ayuda de la historia. Te dejo, porque tengo una cita con la única, la princesa sin la cual quizás no te habría conocido y el mundo no habría tenido razón de ser”.

Un mes y medio más tarde falleció Jorgenrique. Veo a Nicole inclinada sobre las cenizas de Jorgenrique que descansan en diálogo eterno junto a las de Oswaldo Guayasamín, su gran amigo y cómplice, bajo el árbol de la vida en el jardín de la casa de Guayasamín en Quito, unos metros arriba de la Capilla del Hombre. Su siguiente viaje a Europa fue también sin Jorgenrique, pero esta vez verdaderamente sin él; ya no regresaría como princesa.

En un mensaje del 27 de junio del 2010, titulado “La vie…” (la vida, en francés), que hoy suena premonitor aunque no lo era, Nicole me contaba en un breve párrafo la sensación que le había producido ese viaje: “Je rentre d'Europe (Corse, Paris, Calais, la Suisse). Ce fut un voyage un peu tristounet (comme on dit en Suisse) : trop d'endroits où je me suis retrouvée sans Jorgenrique. Mais je sais que c'est une étape... Heureusement, j'ai revu les gens que j'aime dont François Rochaix (le metteur en scène de la création mondiale du ‘Soleil foulé par les chevaux’ de Jorgenrique)”.

Regreso de Europa (Córcega, París, Calais, Suiza). Fue un viaje un poco tristón (como decimos en Suiza): demasiados lugares donde estuve sin Jorgenrique. Pero sé que es una etapa…. Felizmente, volví a ver a amigos que quiero, como François Rochaix (el director de la primera puesta en escena mundial de ‘El sol bajo las patas de los caballos’, de Jorgenrique)”.

Todavía tengo ese y otros mensajes de Nicole que no respondí a tiempo, por descuido y porque tuve la oportunidad de verla a fines de febrero, este año, en Quito. La encontré feliz con su nueva cafetera Nesspreso y sus proyectos con Alejandra de crear el Espacio Jorgenrique Adoum para preservar su memoria y promocionar la poesía ecuatoriana. Handel Guayasamín ya está trabajando en el diseño de ese espacio. Pocho Álvarez hizo un hermoso video documental que ya comenté aquí.

A la muerte de Jorquenrique, Nicole y Alejandra cambiaron de departamentos en el mismo edificio donde viven hace años, en la Avenida Colón, para que el fantasma de él no pudiera encontrarlas fácilmente, pero igual las encontraba todos los días y se instalaba con un vaso de vodka entre las dos, para escuchar en silencio sus conversaciones.

Estoy en deuda contigo Nicole. No respondí a tiempo tus mensajes, no te ayudé en la traducción del poema de Ivo Machado sobre Jorgenrique que me enviaste hace ya varios meses, y no incluí, hasta hace unos minutos, a François Rochaix en mi lista de direcciones, como me pediste. ¿Puedo enviarte este mensaje tardío a alguna parte para disculparme?


De izquierda a derecha: Alfonso Gumucio Dagron, Alejandra Adoum, Nicole Rouan y Pocho Alvarez (foto: Cristobal Corral)
Posdata: Pocho Alvarez hizo un breve montaje de fotografías de Nicole sobre el texto de Jorgenrique citado más arriba en este blog. El video fue mostrado durante el programa Palabra Suelta, que dirige Xavier Lasso, en el que además de Pocho y Alejandra Adoum, participó Francois Jaccoud, otro amigo cercano de Nicole. 

13 julio 2011

Ley que no será

La Ley de Comunicación del Ecuador ha estado estancada durante más de dos años y la Consulta Popular de mayo parece haberla condenado al olvido, ya que la pregunta 9 relacionada con la comunicación dejó en manos del gobierno del Presidente Correa (aunque por mínima votación, 45 %) la creación de un Consejo de Regulación controlado por el ejecutivo. Así decía la pregunta, que a pesar de la tendencia al “voto en plancha”, fue la menos favorecida de todas:

¿Está usted de acuerdo que la Asamblea Nacional, sin dilaciones, dentro del plazo establecido por la Ley Orgánica de la Función Legislativa, expida una Ley de Comunicación que cree el Consejo de Regulación que regule la difusión de contenidos en la televisión, radio y publicaciones de prensa escrita que contengan mensajes de violencia, explícitamente sexuales o discriminatorios, y que establezca criterios de responsabilidad ulterior de los comunicadores o los medios emisores?

Fernando Checa
Cuando estuve en Quito conversé sobre el tema con varios colegas, entre ellos Fernando Checa, Director del Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (CIESPAL), quien ha promovido la necesidad de construir una “ciudadanía comunicativa”, pero es pesimista sobre las posibilidades de que la Ley de Comunicación se apruebe algún día: “Hay sectores democráticos y progresistas que estamos buscando el diálogo con los sectores que se open a la Ley de Comunicación, pero será difícil llegar a consensos”.

El proceso de discusión de la ley comenzó con muy buenos auspicios durante la Asamblea Constituyente en Montecristi, en 2008, que a juicio de José Ignacio López Vigil, director de la organización Radialistas Apasionados, fue la etapa más positiva:

“Allí se lograron artículos como el 16, 17, 18 y otros, que son buenos no solamente porque prohíben monopolios y oligopolios, sino porque por primera vez se les da a los medios públicos y comunitarios un status a la par que el de los medios privados, y se defiende como un derecho la comunicación y el acceso en igualdad de condiciones a los tres sectores: privado, público y comunitario”.

Además de sumar artículos sobre la libertad de expresión y sobre el acceso a la información pública, como resultado de la nueva Constitución de Montecristi se aprobó una disposición transitoria para realizar una auditoría de las concesiones de licencias a las estaciones de radio y televisión, cuyo objetivo era auditar las frecuencias otorgadas entre el año 1995 y el año 2008. 

“Allí descubrimos lo que prácticamente todos ya sabían –dice López Vigil, quien participó en la auditoría- que había unas 500 frecuencias ilegales, ilegítimas, que habían sido entregadas discrecionalmente sin un proceso adecuado. Lamentablemente, se entregó la auditoria hace un año y medio y luego no ha pasado nada hasta el día de hoy”.

En la Constitución de 2008 se mandata que en máximo 360 días debía aprobarse una nueva Ley de Comunicación.  Se conformó en la Asamblea Nacional una mesa ocasional sobre comunicación para redactar la ley, pero entonces comenzaron los problemas que empantanaron el proceso.

Para José Ignacio López Vigil el primer problema fue “la ineptitud de la presidenta de la mesa ocasional, que realmente de comunicación sabía tanto como yo de astronáutica. El segundo problema fue que se politizó tanto esa mesa, que con 6 votos de Alianza País y 5 de la oposición, no había voluntad política de ninguno de los dos para llegar a acuerdos”.

Un tercer problema señalado por el especialista en comunicación fue que la mesa recibió “una pésima asesoría de políticos que no tenían ninguna voluntad de democratizar el proceso”, a la par de un desconocimiento deliberado de las buenas asesorías internacionales, con mucha experiencia en el tema, “cuyas recomendaciones no fueron tomadas en cuenta porque no hubo voluntad política de parte del gobierno”.

Si bien la polarización entre el gobierno de Correa y los medios masivos privados fue el principal ingrediente en el estancamiento de la discusión de la Ley de Comunicación, parte de la responsabilidad reside también la sociedad civil, que no tuvo capacidad de articular una propuesta consensuada.

Se organizó el Foro de Comunicación, que comenzó a hacer propuestas desde que se instaló la Asamblea Constituyente en Montecristi, y por otra parte el Colectivo Ciudadano de la Comunicación, que se gestó alrededor de la convocatoria de CIESPAL. Lamentablemente no pudieron ponerse de acuerdo. 

José Ignacio López Vigil
“Ambas iniciativas fueron muy válidas y las dos buscaban acercamientos para no terminar con dos propuestas diferentes” –afirma López Vigil; sin embargo, añade: “los intentos para que ambos grupos trabajaran como uno solo no prosperaron, en parte porque el Foro de Comunicación defendía a capa y espada la titulación obligatoria para el ejercicio del periodismo”.

En los hechos, de acuerdo a López Vigil, esto significaba una negación de la comunicación popular y del derecho a la comunicación que tienen todos los ciudadanos:

“El resultado sería solamente una ley de medios, no una ley de comunicación. En el informe de mayoría lograron meter un artículo de corte gremialista donde se explicita que para redactar una noticia en radio, prensa o televisión, se tiene que contar con un título profesional de periodista. Una medida como esa acabaría con todos los medios populares, indígenas o comunitarios”.

López Vigil coincide con Fernando Checa en que al estancarse la discusión en la Asamblea Nacional lo que el gobierno pretende es “ganar en la Consulta la pregunta que tiene que ver con el Consejo de Regulación, para de ese modo controlar a los medios”.

Todo esto que pasa en Ecuador nos sirve para reflexionar en Bolivia y en otros países que luchan por el derecho a la comunicación y por una ley ciudadana que lo consagre y lo defienda. 


10 julio 2011

Derechos y reveses

Los procesos de cambio son un desafío para el comportamiento democrático de las sociedades. No se puede democratizar la sociedad sin afectar intereses y privilegios, y al mismo tiempo es necesario que los cambios transcurran en un marco de diálogo y de respeto por la democracia, abierto a la participación social.

Cuando lo que se quiere, por ejemplo, es democratizar los marcos legales para garantizar el derecho a la comunicación de todos los ciudadanos, despiertan todo tipo de recelos y contradicciones. Suenan las alarmas y se polarizan las opiniones.

En Bolivia se vive una paradoja, pues en los planes de quienes promueven el proceso de cambio desde el gobierno, no aparece siquiera la intención de considerar una política integral en favor del derecho a la comunicación, un derecho tan importante como los otros. La sola mención de una ley parecida a la que se gestó en Argentina, provoca escalofríos en el gobierno y sarpullido verbal en la oposición. 

En la sociedad civil boliviana reina el desconcierto, la división y la incapacidad de dialogar. No hemos aprendido mucho de la sociedad civil en Argentina y en Uruguay, que se puso de acuerdo para construir una propuesta conjunta, luego elevada a rango de ley por los mecanismos de Estado.

De estos temas me tocó conversar a fines de junio en La Paz con un grupo de colegas preocupados por estas cuestiones. La invitación para facilitar un “conversatorio” en la Universidad Nuestra Señora de La Paz, vino de mi amiga Fátima López, la “Chapaca”, y su colega Marisol Murillo, del Colectivo Comunicación EnComún. Ambas han tomado la iniciativa de promover diálogos con la convicción de que algo bueno se puede construir cuando las personas se hablan. Otro conversatorio, sobre comunicación para el desarrollo estuvo a cargo de Luis Ramiro Beltrán el pasado 6 de julio. 

Entre otras actividades EnComún se propone llevar a los barrios de La Paz la historia de los medios de comunicación, con elementos sencillos que permitan a los niños aprender jugando, además de promover la serie de conversatorios en otras ciudades del Bolivia.  

Participantes en el conversatorio convocado por el Colectivo EnComún
Durante ese conversatorio tratamos colectivamente de imaginar una situación ideal en la que pudiéramos sentar en torno a una misma mesa a los diferentes actores del Estado y de la sociedad civil. 

Elaboramos así una lista de una docena de organizaciones que tendrían que participar en un diálogo constructivo a favor de una Ley de Comunicación integral, más allá de los parches parciales de sesgo tecnicista que el gobierno intenta imponer. En esa mesa de diálogo no podrían faltar, además de un representante del Estado, las universidades, los investigadores de la comunicación, la Asociación de Periodistas, la Federación de la Prensa, AMARC, ERBOL, el Observatorio de Medios, entre otras instituciones representativas.

Alfonso Gumucio Dagron
Patricio Leguizamón y Paula Iuliano, jóvenes de la organización argentina Proyecto Radio Mochila, de paso por La Paz en esos días (en un largo itinerario por toda la región, de sur a norte), aportaron al diálogo con la experiencia vivida en su país, mientras que colegas bolivianos como José Luis Aguirre y Carlos Soria Galvarro, entre otros, contribuyeron con su profundo conocimiento del tema. 

No sé si quienes asistieron aquella noche salieron de allí más optimistas o más pesimistas. En cualquier caso, como sabemos, un pesimista no es sino un optimista con experiencia. 

05 julio 2011

Primeras huellas en el periodismo

Encontré hace poco entre mis polvorientas y amarillentas antigüedades un ejemplar de El Nacional del domingo 9 de mayo de 1971. Nada menos y nada más que 40 años han pasado desde entonces. El Nacional era el periódico, tamaño tabloide, del gobierno de facto del General Juan José Torres, el militar progresista que permitió que se instalara en Bolivia la Asamblea del Pueblo, en el edificio del clausurado Congreso Nacional. Fueron momentos políticos extraordinarios, que no duraron más que unos meses porque el 21 de agosto sobrevino el golpe militar del Coronel Hugo Bánzer, y ya conocemos ese cuento que duró siete años.

Mis primeras armas en el periodismo las hice en El Nacional que dirigía Teddy Córdova Claure, como ya recordé en otra nota a propósito de su fallecimiento. Teddy me dio toda la cancha necesaria, y los colegas de la redacción todo su apoyo y experiencia. Al fin al y al cabo yo no era más que un entusiasta aprendiz, quizás por eso recuerdo con cariño esos días. 

Todo esto viene a cuento al mirar la tapa de esa edición de 1971 de El Nacional, porque el que aparece en la foto soy yo. Resulta que se iba a celebrar el Día del Periodista, el 10 de mayo, y mientras yo me afanaba una tarde sobre la máquina de escribir sentí el flash del fotógrafo del periódico. Nadie me explicó nada. No podía imaginarme que al día siguiente esa foto aparecería en la portada del diario con un texto muy bonito sobre la profesión de periodista, que no recuerdo quién escribió:

Ama, sufre, odia, piensa, vive, muere, resucita, cree, confía, alienta, intuye, avisa, alarma, orienta, aprende, cae, sueña, irrumpe, aguarda, espera, sangra, llora, ríe. Es un periodista. Apenas un periodista. Todo un periodista.  El Nacional lo abraza y lo apoya. Que siga en la buena huella, en la del pueblo, en la de la victoria total, final.”

Cuando hace poco escribí sobre la muerte de Teddy Córdova, precisamente ocurrida el 10 de mayo 2011, Día del Periodista, mencioné la dedicatoria que escribió cuando me regaló su libro Cita en Tierra Coraje, pero no la recordaba textualmente en ese momento. Ahora encontré el libro, y la dedicatoria dice:

Para Alfonso,  En el comienzo de su carrera periodística, que siga adelante, pero que de ninguna manera se quede en el simple periodismo noticioso. Nuestro tiempo y nuestra patria requieren de un periodismo creador y de opinión agresiva. Este libro pretende ser algo de eso. L. E. Córdova”.

Cuarenta años… se dice fácil.