07 enero 2012

Hablando de educación


A mi paso por La Paz, a mediados de noviembre pasado, hice “pisa y corre” en las II Jornadas Pedagógicas organizadas por la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades de la Universidad La Salle. Atendí la invitación del Coordinador de Educación, el Dr. Jesús Muñoz Diez y de Gloria Reyes Sotelo, docente en esa carrera.

El evento, dedicado este año al tema “Desafíos de la educación”, tuvo lugar en el auditorio de la Academia Nacional de Ciencias y contó con la participación de cuatro panelistas: Jimena Costa, Fernando Untoja, Víctor Hugo Cárdenas y Alfonso Gumucio Dagron. La moderación estuvo a cargo de mi hermano Pedro Gumucio (Peter, para los amigos, porque era rubio cuando niño, aunque ahora no tiene ni un pelo de tonto), que es profesor en la Universidad La Salle.

El tema de la educación en Bolivia se ha politizado en el periodo de la gestión gubernamental del Presidente Evo Morales, a partir de su decisión arbitraria de “abolir” la Reforma educativa que estaba en proceso de desarrollo durante cerca de dos décadas, y que había sido respetada por los gobiernos anteriores a pesar de las presiones de los sindicatos de maestros para descartarla, entre otras razones porque pretendía regularizar la profesión del magisterio, por ahora plagada  de gente improvisada, sin título, y sin voluntad de someterse a pruebas de competencia.

Las decisiones sobre educación del gobierno del Movimiento al Socialismo han sido en algunos casos muy criticadas, por ejemplo la utilización del programa cubano de alfabetización “Yo sí puedo” en el contexto culturalmente muy diferente de las poblaciones indígenas aymaras y quechuas.

Jimena Costa, apoyada por una interesante selección de imágenes y estadísticas, en su ponencia “Análisis del contexto  político y su implicación en lo educativo” habló en términos generales de la situación política del país, y expresó severas críticas al gobierno de Evo Morales.

Fernando Untoja se refirió de manera igualmente crítica al discurso gubernamental de la “descolonización de la educación”, en su ponencia “Cultura y descolonización”.    

Víctor Hugo Cárdenas, ex vicepresidente de Bolivia, en su intervención sobre los “Aspectos conflictivos de la Ley 070”, hizo un análisis de la Ley Avelino Siñani dictada durante el gobierno de Evo Morales.

En mi ponencia “Comunicación y educación: una deuda recíproca”, me referí a las relaciones estrechas entre educación y comunicación. Mencioné que la educación como proceso de comunicación (es decir, diálogo, reflexión colectiva, puesta en común, participación), es indispensable en una sociedad donde la escuela ya no es la que “forma” al individuo como se creía tradicionalmente.  La escuela no solamente no forma, sino que tampoco deforma. Su influencia actual es limitada, porque se ha quedado al margen de una sociedad donde los individuos y las comunidades están sometidos permanentemente a otras influencias que contribuyen en su formación (o deformación). La televisión, la publicidad, la presión de grupo, y por supuesto el acceso a la red (web) a través de Internet, son factores  que, sobre todo en el ámbito urbano (que hoy es globalmente mayoritario), determinan la conformación de una personalidad “mediada”.

Recordé el informe encomendado por la UNESCO a la Comisión Internacional sobre la Educación en el Silo XXI, presidida por el  ex ministro de Francia Jacques Delors, que concluyó que los cuatro pilares de la educación son: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser. En América Latina varios foros y autores han enriquecido esos conceptos añadiendo: aprender a emprender.

Mario Kaplún usaba expresiones como “se aprende al comunicar”, “conocer es comunicar” o “del educando oyente al educando hablante”, y afirmaba: “educarse es involucrarse y participar en un proceso de múltiples interacciones comunicativas”. En la medida en que la educación se concibe como un proceso de aprendizaje de toda la vida, no puede sino acudir a la comunicación como su complemento directo. Siguiendo a Paulo Freire, si la educación es a la vez un acto político, un acto de conocimiento y un acto creador, entonces no puede sino hacer el mismo camino que la comunicación en el proceso de cambio social.

Actividades públicas como las Jornadas Pedagógicas dicen bien de la Universidad La Salle, que en pocos años se ha posicionado como una de las más serias, logrando la certificación de calidad ISO 9001: 2008 que se otorga a instituciones cuya gestión cumple con normas internacionales de excelencia. 

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Yapa: 

La imaginación es más importante
que el conocimiento

-Albert Einstein