19 febrero 2012

El agua, bien precioso


¿No es absurdo que el agua embotellada cueste más que la gasolina? ¿No es grotesco que las empresas que embotellan agua la acaparen y ganen millones mientras un alto porcentaje de la población mundial carece de ella? Un seguimiento sobre el agua embotellada (YouTube) demuestra los efectos perversos que esta tiene, y sus implicaciones sobre el medio ambiente.

Sabemos de sobra que disponemos en el planeta de los mismos volúmenes de agua existentes desde su formación y que no tendremos ni una gota más en el futuro. Lo que existe sería suficiente para todos, pero resulta que hay países como Estados Unidos donde los ciudadanos usan el recurso hídrico muchas veces más que en otros países, de África subsahariana, por ejemplo. Mientras en Estados Unidos cada persona consume un promedio de 350 litros por día, en los países del Sahel el promedio es menor a 10 litros, y eso cuando no hay sequía.

Hay regiones del mundo que se benefician de lluvias abundantes y que cuentan una red significativa de ríos, y otras en cambi0 donde la carencia de agua es sinónimo de muerte. El agua no está igualmente disponible para todos los habitantes del planeta, y para una gran mayoría de la población mundial, no es apta para el consumo porque está contaminada con residuos tóxicos o microorganismos que causan enfermedades. Más de cinco millones de personas mueren cada año debido a enfermedades relacionadas con el agua.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), destaca en sus informes que alrededor de un millón y medio de niños muere cada año de enfermedades diarreicas o de otra índole por beber agua contaminada. Dice también la OMS que más de mil millones de personas en el mundo -o sea la séptima parte de la población del planeta- no tienen acceso al agua potable, y otros dos mil 600 millones no cuentan con agua suficiente para la higiene y sanidad.

Para hablar de las políticas de comunicación sobre cambio climático y temas ambientales me invitaron en octubre del 2008 al seminario “Educación, Capacitación y Comunicación para el Desarrollo Sustentable en Condiciones de Cambio Climático”, organizado por la Cátedra Unesco y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAP) de México. Ya me referí a ese evento en su oportunidad, pero la razón para traerlo nuevamente a colación, es que a fines del año pasado se publicó finalmente  mi ponencia “Comunicación para el desarrollo sustentable: políticas y estrategias”, en el libro de Unesco México Mas allá de los mensajes.

El documento además incluye textos sobre temas vinculados a la comunicación, escritos por especialistas de la oficina de la Unesco en México. José Miguel Álvarez contribuye con tres textos: “Medios comunitarios, desarrollo y democracia”, la “Estrategia de comunicación para el desarrollo” de Unesco en México, y en colaboración con Elisenda Casella Rius, la “Estrategia de información pública”. América Elvira Hernández se ocupa de los “Derechos culturales de los pueblos indígenas”; y finalmente una “estrategia educativa y de comunicación del Programa de Agua y Saneamiento”, resultado de un trabajo realizado por el especialista Francisco Gutiérrez.

Los anexos de la publicación reproducen resoluciones de las Naciones unidas y documentos institucionales que promueven la comunicación para el desarrollo y la participación comunitaria, entre ellos el “Consenso de Roma”, documento final del Congreso Mundial de Comunicación para el Desarrollo que tuvo lugar en 2006. 


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Yapa: