30 mayo 2014

Chaparro esquina Beltrán

Manuel Chaparro, del Betis
Manuel Chaparro llegó ahora cargado de libros. No es la primera vez que el andaluz viene a Bolivia con su maleta llena de solidaridad y proyectos. Durante años desde su lugar en la Asociación de Emisoras Municipales y Ciudadanas de Andalucía (EMA-RTV) y como docente investigador en la Universidad de Málaga, ha apoyado iniciativas de radio comunitaria y de investigación en Argentina, Bolivia, Perú, El Salvador y Guatemala.

A este trianero (saleroso y del Betis) lo conozco desde hace más de una década.  Nos hemos encontrado antes en Málaga, en Sevilla, en La Paz y en otros lugares donde se hablaba de comunicación para el cambio social, de radios locales y comunitarias o de cine, que son algunos de los temas que tenemos en común.

Lleva “30 años mirando al sur” y cada vez que cruza el charco que separa a Europa de nuestra América trae buenas noticias. Esta vez la noticia tiene 476 páginas, pesa un kilo y entre las solapas trae 14 textos fundamentales de Luis Ramiro Beltrán, el gran pensador boliviano de la comunicación, cuyos aportes trascienden las fronteras de América Latina.

Luis Ramiro Beltrán, "el Niño de Oruro"
El libro Comunicología de la liberación, desarrollismo y políticas públicas es el resultado de la selección de textos de Luis Ramiro Beltrán realizada por Manuel Chaparro, quien es además el autor de un inspirado prólogo en el que nos recuerda: “No es de extrañar por tanto, que fuera un boliviano nacido en Oruro quien se atreviera a darle la vuelta al paternalismo difusionista estadounidense y hacerles comprender y recordarles que la información no es comunicación, que comunicación es un diálogo entre iguales y las tecnologías de la información deben facilitar este diálogo de la construcción social permanente, que su modelo comunicacional debía ser corregido y transformado para recuperar la dirección correcta.”

El prólogo de Chaparro dialoga de manera crítica con el concepto de desarrollo que maneja Beltrán quizás a ratos obviando desde la perspectiva actual el contexto de los años 1970 y 1980. Muchos hemos cuestionado los modelos del desarrollismo sin escala humana, pero no por ello vamos a deshacernos fácilmente de la palabra desarrollo. En el Foro Social Mundial se ha hablado de “otra comunicación para otro desarrollo”, lo cual implica resemantizar las palabras, no excluirlas.

Cuestionamos el desarrollismo económico desde la mirada de hoy de la misma manera que en muy pocos años estaremos demoliendo (o ya estamos) el comunitarismo populista como deformación de la acción colectiva y democrática para el cambio social. Bolivia es un buen ejemplo de ese comunitarismo avasallador que en nombre de valores supuestamente progresistas pero en realidad conservadores e individualistas, viola los derechos humanos, la justicia social y la igualdad ante la ley, y frena los cambios reales en la cultura económica y social del país.

El lenguaje es simplemente un instrumento y el contenido de las palabras depende de su valor de uso. Una cosecha de manzanas podridas no nos va a llevar a cambiarle de nombre a las manzanas sino a mejorar la producción. A las palabras hay que devolverles su valor original y en el campo de la comunicación hemos usado apellidos como cambio social que inmediatamente adquieren críticos dispuestos a cuestionar cualquier propuesta que se haga. El problema es que necesitamos las palabras para entendernos porque de otro modo los conceptos flotan en un vacío que solo puede explicarse con el uso de muchos ejemplos. Para entender las palabras lo primero es la disposición a entenderlas.

Luis Ramiro ha escrito mucho a lo largo de su vida, y lo ha hecho en momentos en que su pensamiento sobre comunicación era el más avanzado comparativamente con lo que se escribía en otras regiones. Su idea del desarrollo siempre tuvo una escala humana y estuvo basada en el bien común. Sus reflexiones sobre políticas públicas de comunicación o sobre comunicación y desarrollo, y sus críticas a la visión funcionalista e instrumental de los medios de información fueron contribuciones esenciales en los procesos globales alentados por la Unesco durante las décadas de 1970 y 1980, y son todavía parte de una agenda pendiente.

Tenemos en América Latina y en el resto del mundo en desarrollo un retraso de más de cuarenta años en relación con los planteamientos que Beltrán hizo desde que fue en Estados Unidos un respondón estudiante de maestría y de doctorado, que ponía en aprieto a sus queridos maestros. Cuatro décadas más tarde todavía estamos tratando de acomodar esas ideas revolucionarias en los procesos burocráticos que viven los organismos internacionales, muy tímidos en relación a lo que fueron cuando tenían la capacidad de orientar las políticas de Estado.

Manuel Chaparro, Alfonso Gumucio, Agnes Hoff y Alejandro Barranquero, en Málaga, abril 2004
Los textos que reunió Manuel Chaparro son hitos fundamentales en el pensamiento de Luis Ramiro y también en el pensamiento contestatario latinoamericano, como señala el metódico análisis (a través de textos y entrevistas) que hace Alejandro Barranquero en un capítulo introductorio donde distingue una primera etapa “extensionista  modernizadora” de 1954 a 1970 y otra “crítica y participativa” que comenzaría en 1970. Esa primera clasificación es sesgada ya que en 1970 Luis Ramiro tenía apenas 30 años de edad y aún no había aún producido su obra fundamental que se esparce a lo largo de las siguientes tres décadas. Su tesis de maestría data de 1968 y su tesis de doctorado de 1970, es decir que recién estaba comenzando a converger su experiencia de campo con su potencial teórico.

Manuel Chaparro via Skype, dialogando con Sandra Aliaga, Thomas Tufte,
Rosa María Alfaro, José Ignacio López Vigil, Carlos Soria y otros colegas
durante el Seminario Internacional sobre Políticas y Legislación
de la Radio Local en América Latina, La Paz, noviembre 2008
 
Barranquero hace un buen resumen de los “hallazgos teóricos” de Luis Ramiro, aunque yo añadiría que esas propuestas conceptuales trascendían en su momento el marco teórico y académico con cada esfuerzo que hacía Beltrán para llevar las ideas al terreno de su aplicación concreta, ya fuera en políticas de Estado o como estrategias de comunicación aplicadas a proyectos de desarrollo y participación social. Los ejes de pensamiento y de trabajo, resultado de procesos de reflexión sobre la praxis personal y colectiva, incluyen según Barranquero: a) dependencia comunicacional e imperialismo comunicativo, b) crítica a la comunicación modernizadora, c) investigación en comunicación en Estados Unidos y en América Latina, d) planificación y políticas de comunicación y e) un nuevo modelo de comunicación horizontal.

Cada texto de Beltrán seleccionado para este libro tiene su partida de nacimiento, es decir una página introductoria que ofrece detalles indispensables para los lectores e investigadores sobre la primera versión y las subsiguientes, y unos párrafos de contexto que aluden tanto a la vida de Luis Ramiro como al entorno en el que produjo cada uno de sus aportes. Es una útil y cuidadosa manera de situar cada texto en su contexto, para permitir una lectura más justa.

Nohora Olaya y Luis Ramiro Beltrán, en La Paz, con Illimani
Detrás de Chaparro y Barranquero hay otras voluntades que se han organizado para publicar este libro tan valioso en una edición impecable y bella. La editorial Luces de Gálibo ilumina el campo de la investigación en comunicación en complicidad con IMedea (Investigación de Medios, Desarrollo de Estrategias y Análisis) y de ComAndalucía (Laboratorio de Comunicación y Cultura de la Universidad de Málaga). Y junto a Beltrán está siempre la inefable compañera Nohora Olaya de Beltrán. 

El libro aterrizó en La Paz hace pocos días y el lunes 2 de junio a las 19:00 horas será presentado por el Instituto de Investigación, Posgrado e Interacción Social en Comunicación (IPICOM) en el Auditorio Salvador Romero Pittari (Edificio Zavaleta de la Universidad Mayor de San Andrés). Allá estarán Luis Ramiro Beltrán, Manuel Chaparro (que además ofrecerá una conferencia sobre “Los nuevos imaginarios de la investigación. Claves para repensar la comunicación”), investigadores del IPICOM y autoridades de la Carrera de Ciencias de la Comunicación Social de la UMSA. 

Si tan solo los estudiantes universitarios de hoy supieran leer y escuchar, todo lo demás estaría perfecto.
  
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A democracy is more than a form of government;
it is primarily a mode of associated living,
of conjoint communicated experiences.
—John Dewey