16 enero 2017

Amigos en la ciudad luz

No sé quién puso el mote de “ciudad luz” a París, pero se lo merece cuando sale el sol, algo que acaba de suceder luego de una noche de vientos huracanados. Cuando aparece el astro relucen los colores invernales y a pesar de los cero grados uno tiene ganas de flâner (deambular) por las calles de la ciudad.

A medida que pasan los años el turismo deja de ser una de las principales razones para viajar y la motivación más poderosa es ver a la familia dispersa y a los amigos que uno visita episódicamente.

Aquí viví casi ocho años, hice familia, publiqué varios libros y he regresado más veces de las que puedo recordar. Me van quedando pocos amigos, porque muchos se han ido a vivir fuera de la región parisina, como Elisabeth Burgos, Jean Marcel Milan o Robert Grelier, y otros como Mimi Barthélémy, Alain Labrousse o Fatiha Rahou, se fueron tan lejos en la nostalgia que ya no podrán regresar.

Me quedan buenas amistades como Paulo Paranagua, o Pierre y Nicole Kalfon que conozco desde la década de 1970, según la cuenta que hicimos mientras charlábamos. Corresponsal estrella de Le Monde, diplomático y funcionario internacional en varios países de América Latina durante las décadas de 1960 y 1970, Pierre es uno de los principales biógrafos del Ché, y autor de otros ensayos, novelas y travesuras. Le dio el primer impulso a mi libro Bolivie (1981) en la editorial Le Seuil, donde él había publicado un libro equivalente sobre Argentina.

Pierre Kalfon muestra los retratos de Ciro Bustos
Cuando cenamos fue inevitable comentar la publicación del artículo “A Kalfon quitado” que en 1998 le dedicó Ciro Bustos, el argentino acusado por toda la izquierda mundial como traidor a la guerrilla del Ché. En su texto Bustos califica a Pierre de mentiroso, fabulador y lacayo, y citando a Oriana Fallaci le promete una bofetada que por razones técnicas ya no podrá propinarla. Pierre sigue firme en pie y pronto publicará una edición corregida y aumentada de su monumental biografía del Ché.

Cuando comentamos el texto recién reimpreso por Página Siete con motivo de la muerte de Bustos, Pierre alzó los hombros: “Requiescat in pace”, fue su comentario. “Que descanse en paz. El pobre tuvo que vivir décadas con el rótulo de traidor”. Aunque trató durante su exilio en Suecia de recomponer su biografía, Bustos nunca logró explicar claramente por qué a pedido de los militares bolivianos dibujó con tanto detalle los rostros de los guerrilleros.

“Compadezco al pobre Bustos porque con todos los insultos que mereció su traición no habrá terminado una vida muy apaciblemente sino lleno de vergüenza.” Pierre sostiene que Bustos fue chantajeado y que no tuvo alternativa que obedecer a los militares bolivianos aunque añade que “quizás había también un cachito de amor propio como artista, pues pidió un papel de dibujo y lápices especiales para mostrar su maestría como dibujante y representar fielmente, de memoria, los retratos de los guerrilleros que había visto con el Ché”.

Con Elisabeth Burgos
El texto de Bustos se refiere también a Elisabeth Burgos, la ex esposa de Regis Debray, quien acaba de enterarse de que era “teniente de la seguridad cubana”. Cené dos días después con ella: “Parecería que Bustos estaba mejor informado que yo acerca de mi persona”, me dijo.

Sobre quién reveló la presencia de Guevara en Bolivia, Elisabeth menciona el libro del militar Diego Martínez Estevez, Ñancahuazú: Apuntes para la historia Militar de Bolivia (1989), que transcribe un cable cifrado del 24 de noviembre de 1966, "enviado a otros ejércitos" donde textualmente dice: “fuentes fidedignas informan que guerrillero Ché Guevara período días 15 al 22 septiembre ingresó a Bolivia”.

Croquis dibujado por Ciro Bustos
A propósito de Bustos, Elisabeth encontró en la página 41 del mismo libro “un dato más grave que el dibujo del rostro de los guerrilleros”. El autor escribe que "en su desesperación por rebajar su condena a prisión militar (Bustos) delató la ubicación exacta de las cuevas que en poco tiempo conllevó funestas consecuencias para los irregulares y su organización urbana". El libro incluye copias de los planos dibujados por Bustos.

“Este dato nunca ha sido revelado por los autores de las diferentes biografías de Ernesto Ché Guevara ni por los especialistas que se han dedicado al tema”, me dice Elisabeth, y añade: “La señora de Bustos viajaba directamente de Argentina a Camiri sin pasar por La Paz para obtener su permiso de visita. Yo estaba obligada a viajar a La Paz y realizar gestiones ante el Estado Mayor. A veces llegaba a Camiri y el comandante jefe de la guarnición no aceptaba el permiso y me veía obligada a volver a La Paz”.

Y así, cuando se van a cumplir 50 años de la guerrilla del Ché, hay todavía mucho que decir.
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Si la première loi de l'amitié est de la cultiver,
la seconde loi est de pardonner quand on a manqué à la première.
—Voltaire


(Artículo publicado en Página Siete el sábado 14 de enero 2017)